Tras la Primera Guerra Mundial, muchos artistas vieron en ella un estallido de irracionalidad donde supeditaron la idea de arte como vehículo de expresividad propia para participar en una organización colectiva, con propuestas artísticas utópicas como la abstracción geométrica (Mondrian, por ejemplo).
Otros, profundamente trastocados por la guerra vieron en ella el fracaso de la cultura occidental. Se cuestionaron el orden existente, la sociedad, la creación misma, la obra artística... Estas fueron las bases de lo que se llamaría el movimiento Dadaísta (base del posterior Surrealismo).
Dada no es un estilo, no es una manera de pintar. Dada es la negación de todo lo establecido. Dada para los propios dadaístas no sólo no era un estilo artístico sino que Dada no significa nada. El nihilismo, lo destructor, lo negativo, lo iconoclasta... No crear fórmulas. La nada y el todo a la vez.
Dada fue una actitud que surgió en 1916 en Zúrich, en el café Voltaire, de manos de Hugo Ball y Emmy Hennings. Ball llegaba del ambiente artítico berlinés, destruido por la Guerra. Hennings era la musa de un entramado grupo de personalidades de la época. Ambos, junto al matrimonio de escultores Jan Arp y Sophie Tauber Arp, el psicoanalista Richard Huelsenbeck o el poeta Tristan Tzara, entre otros, unen sus inquietudes espirituales y se reúnen creando Dada.
¿Qué significa Dada?
Es el propio Tzara, el 16 de febrero de 1916, el que "descubre" el término Dada y es aceptada por todos los integrantes, dando nombre así su posición espiritual.
Aunque fuese un fruto del azar, hay varias versiones para explicar el significado de la palabra. Según el propio Tzara, Dada no significa nada, es sólo un símbolo de rebelión, de negación, de oposición a todo.
Arp, en 1921, cuenta que escuchó por primera vez la palabra en 1916 en el cabaret Terasse de Zúrich, a las seis de la tarde a Tzara, "mientras me llevaba un bollo a la fosa nasal izquierda". Para otros miembros, la palabra es fruto del azar (factor clave en Dada), encontrada al abrir un diccionario.
Arp publicaba años después, “...estoy convencido de que esta palabra no tiene importancia y que sólo los imbéciles o los profesores españoles pueden interesarse por los datos. Lo que a nosotros nos interesaba era el espíritu dadaísta, y todos nosotros éramos dadaístas antes de la existencia de Dada”.
En 1950, Tristan Tzara explicó Dada en una entrevista para la radio francesa: "para comprender como nació dada es necesario imaginarse, de una parte, el estado de ánimo de un grupo de jóvenes en aquella especie de prisión que era Suiza en tiempos de la primera guerra mundial, y de otra, el nivel intelectual del arte y la literatura de aquella época. La guerra, ciertamente, acabó, pero más tarde vimos otras. [...] ...la guerra parecía que no iba a
terminar nunca. [...] De ahí el disgusto y la rebelión. La impaciencia de virir era grande; el disgusto se hacía extensivo a todas las formas de la civilización llamada moderna, a sus mismas bases, a su lógica y su lenguaje, y la rebelión asumía modos en los que lo grotesco y lo absurdo superaban largamente a los valores estéticos. ...”
Dada fue un escándalo, una provocación. En contra de la tradión, de la belleza, de cualquier principio que suponga ataduras, de la inmovilidad del pensamiento, fue pura agitación artístico- social en pleno periodo de entreguerras.
De aquí surge el primer gran rompedor con el arte del pasado: Marcel Duchamp.
Parte del grupo dadaísta de New York, fue el punto de partida de la vanguardia neoyorquina gracias al Armory Show de 1913.
Duchamp creó los conocidos como Ready made, es decir, un objeto común elevado a la categoría de obra de arte. Se cambiaba o modificaba su función para la que ese objeto había sido creado (en masa, de forma mecánica). Así se cuestionaba, también, la posición del artista ya que, por este sistema de creación: cualquiera podía ser artista.
Él mismo presentó esta obra titulada Fountain en la exposición de la Sociedad de Artistas Independientes de Ney York, que pretendía ser una comunidad equilibrada entre el radicalismo y el obsoleto conservadurismo. 2500 obras fueron presentadas (fueron expuestas 2125) y el propio Duchamp era parte del jurado, por eso presentó la obra con el sinónimo R. Mutt (Mutt era un fabricante de sanitarios y de ahí que firmase así en un urinario como un acto dada en sí mismo).
La obra no fue aceptada, dimitiendo Duchamp de su cargo. Fue una forma de explicitar lo cerrado de la Sociedad, aun siendo independiente.
De esta "fuente", que no era mas que un urinario masculino puesto del revés, atría su diseño. Su textura se relacionaba con los valores que muchos artistas habían puesto en alza, como las superficies pulidas de Brancusi, pero ahí esta el humor, el chiste conceptual de Duchamp, por mucho que pueda ser una obra de arte, si fuese utilizado en tal posición, al orinar uno se salpicaría. Era un juego de contrarios.
Duchamp creó así un nuevo concepto de arte o, incluso, la muerte del propio arte.
Música:
London Festival Orchestra – Carmina Burana/O Fortuna